“Este año, la política electoral no va a resolver nada, la prioridad es la unidad”

nro. 5 / 13 feb 2017
#entrevista
Juan Grabois

La Política Online
Referente del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) y de la CTEP, Grabois llama a luchar contra el sentido común liberal que estigmatiza al trabajador de la economía popular y al migrante, destaca las luchas por la Ley de Emergencia Social y analiza los desafíos organizativos y políticos de la CTEP, la CGT y todo el campo popular.

¿Qué balance haces de la lucha por la emergencia social del 2016?

La Ley de Emergencia Social fue la única medida a favor de los trabajadores en todo el año. El valor inmenso es que fue un proyecto elaborado por la CTEP y refleja demandas fundacionales, como el salario social complementario. Hablar de esto es desplazar el sentido que imponía el Estado de que nuestros compañeros eran a lo sumo beneficiarios de un programa social, microemprendedores o monotributistas. El reconocimiento del carácter laboral de la actividad de nuestros compañeros es una página importante en la historia del movimiento obrero argentino.

La Nación criticó la ley porque dicen que es “asistencialismo”

Tenemos que dejar de hablar de planes y subsidios, como una dádiva. Nosotros hablamos de salario social. Quedamos encerrados en disputas por programas sociales y somos fácilmente encasillados como piqueteros, que no es más que un método. Nosotros representamos a un sector muy grande de la clase trabajadora y hablamos desde un paradigma anticapitalista, distinto al de los medios hegemónicos. La competitividad no es una virtud y la productividad no la medimos en términos de generación de ganancia, sino de condición de dignidad para las personas.

¿Cómo se posiciona la CTEP en la estigmatización que hace el gobierno de los migrantes?

La CTEP ha manifestado orgánicamente el repudio a las recientes medidas migratorias del gobierno que intentan proyectar la insatisfacción de sectores medios y trabajadores asalariados, en el migrante, el villero, el excluido, el desempleado, para disimular las graves consecuencias de las políticas económicas.

El gobierno incumple acuerdos con distintos sectores: ¿se cumple la Ley de Emergencia Social?

La ley ya tuvo algunos efectos. El Ministerio de Trabajo se basó en ella para aumentar a $4000 el monto del trabajo autogestionado. Había compañeros que cobraban $1800. Y se pagó el bono de $2000. En cuanto al registro y la reglamentación de la ley, viene lenta. También el otorgamiento de la personería social para la CTEP que no nos permite lograr que se apliquen mecanismos de conciliación con los manteros en lugar de que lo traten como una cuestión policial.

¿Cuál es la agenda para este año para el mundo de la economía popular?

El año empezó muy mal con una reafirmación represiva: con los manteros, la comunidad mapuche y situaciones terribles como la muerte de Icki, donde no es el Estado directamente, sino grupos parapoliciales vinculados al narcotráfico. Están tratando de limarnos porque somos los únicos que logramos enfrentar seriamente el avance del gobierno. En cuanto a las reivindicaciones, tenemos dos grandes tareas: la creación del Registro de los Trabajadores de la Economía Popular, del Consejo de la Economía Popular y el Salario Social Complementario, y conseguir una cantidad importante de compañeros registrados con ese salario, con su obra social propia y con el resto de los derechos que tiene a partir de la inscripción al registro. Por otro lado, convertir en política pública de integración urbana el relevamiento de barrios populares que venimos desarrollando. Además, hay que consolidar la orgánica de la CTEP y trabajar más en la formación en economía popular.

¿Cómo sigue el diálogo del mundo sindical? La CGT anunció una movilización y huelga para marzo…

La articulación con la CGT es una tarea de primer orden y de una complejidad inmensa. Hay corrupción en gran parte del movimiento obrero argentino que tiene que purgarse. No incluyo a Juan Carlos Schmid, que vive, piensa y actúa, como un trabajador. Pero hay que ser muy respetuosos de la evaluación que hacen de la coyuntura. Hubiésemos querido medidas contundentes, pero es la única central con organicidad, porque la CTA es un instrumento impotente por sus peleas facciosas. Y esto lo digo con mucho pesar. En cuanto a medida de fuerza, el acuerdo entre CTEP y CGT es de solidaridad y apoyo mutuo. Si ellos movilizan y van al paro, nosotros acompañamos. Pero la CTEP ha planteado la tarea de la unidad en la acción y también orgánica, la constitución de una sola central con los trabajadores de la economía popular también. Esta tarea que va a ser muy difícil, muy lenta.

Y políticamente, ¿cuáles son los desafíos de los trabajadores?

Cuidarnos entre nosotros en relación a la tercerización de la violencia y la violencia institucional. Y ser muy prudentes en no dejarnos manipular. Tenemos que tener una política independiente para la defensa de la economía popular. Hay que trabajar un programa mínimo junto a la CGT y otras organizaciones, para la disputa política. Que sean acuerdos programáticos en torno a los ejes de techo, tierra y trabajo. Este año la política electoral no va a resolver nada, no es prioridad para la militancia popular, no va a detener las peores ofensivas. Lo importante es que el proceso político no nos divida. La primera prioridad es mantener y fortalecer la unidad, más allá de que se tomen opciones partidarias distintas, incluso antagónicas.