Nuevo “verdurazo” por la Ley de Acceso a Tierras


nro. 7 / 20 abr 2017
#ctepenelpais
Frente a la crisis de la pequeña producción agrícola

En Argentina, el “campo” son los terratenientes y se suele decir que somos un país "urbano". Pero los campesinos estamos en cada plato de comida de los argentinos. Existimos en todo el país, monte adentro y al costado de las ciudades, donde producimos tomate, lechuga, acelga y otras verduras. Sin embargo, sufrimos la precariedad y una exclusión histórica, hoy peor por la crisis y por la falta de políticas públicas y de acceso estable a la tierra. Trabajamos en jornadas larguísimas, tenemos viviendas precarias, nos pagan precios bajísimos por los productos que llegan carísimos a las verdulerías y sufrimos los abusos de gremios mafiosos.

Es que la historia de la tierra en nuestro país es la historia del despojo irresuelto, la historia de las matanzas, de la acumulación por la violencia y de los privilegios de las familias militares y oligarcas que se repartieron la tierra robada. Las familias campesinas e indígenas fueron quedando relegadas a zonas marginales, recluidas en pequeñas porciones de tierra, como productores para el autoconsumo o mano de obra compulsiva y barata para empresarios terratenientes.

En la nefasta década de 1990, se produjo lo que se llamó la “revolución verde”. Se abrió el campo a la tecnología de laboratorio, a la semilla modificada y a los agroquímicos y la fumigación. La soja que resiste el químico glifosato y se exporta fundamentalmente a China por miles de toneladas es la mayor expresión de esto. Su siembra se extendió a zonas ganaderas y a los montes de todo el país que fueron destruidos. Es el modelo del “agronegocio”, la expresión letal del capitalismo en el campo, donde no importa el ser humano ni la función social de la tierra, sino el dinero, la ganancia y la destrucción de la naturaleza.

Pero los pequeños productores, campesinos, indígenas, nos organizamos, construimos y proponemos otro modelo para el campo. Un modelo donde la tierra sea para quien la trabaja, donde la producción sea comida y tenga el valor que merece, donde la madre tierra y el agua sea cuidada y respetada, donde las tecnologías que se usen sean adecuadas. Se trata de construir un modelo de AGROECOLOGÍA y SOBERANÍA ALIMENTARIA. No alcanza con repartir la tierra. Necesitamos una Reforma Agraria Integral, que comprenda a la tierra en su función social y no como una mercancía, donde Tierra y Campesinado vayan de la mano, que la tierra sea para quien la trabaja, con mercados locales y precios justos.
Hacia esta demanda orientamos nuestras propuestas y nuestras acciones. En septiembre del 2016, realizamos “el verdurazo” en el centro porteño. Repartimos verduras al pueblo y presentamos en el Congreso un proyecto de Ley de Acceso a la Tierra, donde el tema central es poner en discusión la tierra ociosa del Estado y el acceso de los pequeños productores a créditos blandos para acceder a la propia tierra. Eso fue hace más de 6 meses y el proyecto sigue cajoneado. Por eso, el 24 de abril, en Plaza de Mayo, realizamos un nuevo “verdurazo” y nos movilizamos a Plaza Congreso para que se trate la Ley de Acceso a Tierras.