Un gobierno acorazado

Foto: Infobae

nro. 7 / 20 abr 2017
#editorial
Entre las protestas y la represión

En las últimas semanas asistimos a un sostenido crecimiento de la represión. Al ataque policial a un comedor de pibes en Lanús -que terminó con la cocinera perdiendo su embarazo- le siguió la represión sobre los docentes que buscaban instalar una “escuela itinerante” en el Congreso, sin cortar ninguna calle ni interrumpir el “republicano” tránsito de vehículos. Luego de eso vino el ingreso de la policía en la Universidad de Jujuy y la detención y tortura de un estudiante; antes, la represión en la Panamericana. El accionar represivo se planifica y se abastece con mejores pertrechos: el gobierno planea gastar los recursos que resta de otras áreas, a comprar los más novedosos juguetes para la represión. Distintos diarios informaron que están en carpeta artefactos que emiten sonidos intolerables para el oído humano, espumas paralizantes y carros antipiquetes. Al mismo tiempo circula un proyecto de ley con incremento de penas para quienes corten calles.

En paralelo, la artillería propagandística del gobierno, decenas de programas de radio y televisión, están abocados a estigmatizar a los que se resisten a vivir en un país cada vez más injusto. Así se propagandizan mentiras, prejuicios y odio. Buscan profundizar la fractura social entre la clase media y otros sectores del pueblo. Necesitan que la clase media pida palos. A esa tarea se aplican con dedicación Alejandro Fantino, Luis Majul, Alfredo Leuco y tantos otros. Lo fundamental de la propaganda apunta a delinear un enemigo acérrimo y supuestamente minoritario para hacer aceptable la represión. Entre la paranoia y el cinismo, una funcionaria macrista enseñó a todos que alcanza con ser “oposición” para que se justifique y festeje el asesinato y la violación: “Ahora van a decir que a Micaela García la mandó a asesinar Macri, JAJAJA”, publicó en las redes sociales la abogada de la Oficina Nacional de Contrataciones del Ministerio de Despidos (Modernización) Maia Ferrúa, refiriéndose al femicidio de la chica de 21 años violada y estrangulada en Gualeguay. Te despiden, te empobrecen, te reprimen y se ríen de tu asesinato. Gobierno PRO. En estado puro.

La avanzada represiva es abarcadora y bien coordinada porque reprimir no es un capricho, es un complemento necesario de un proyecto que genera el empobrecimiento de la mayoría de la población y que solo beneficia a una ínfima minoría. Hay datos concluyentes sobre el rumbo del “modelo”. Uno de ellos la caída en el consumo de alimentos esenciales, como la leche, que se encuentra en su punto más bajo desde la crisis de 2001-2002. El “modelo” genera hambre; el hambre resistencia; y a la resistencia deben reprimirla. Por eso no debemos caer en reproducir los prejuicios con los cuales nos machacan: es un boomerang que tarde o temprano se nos vuelve a todos en contra. Los mismo sectores de la clase media que hoy piden orden, serán víctimas de la represión cuando a su turno les toque caerse de la mesa, como sucedió en otras épocas no muy lejanas, cuando se encontraron cortando calles y golpeando las puertas de los bancos.
La letal avanzada neoliberal nos agarró de sorpresa, pero no desorganizados. En esta etapa, la CTEP está llamada a cumplir un rol fundamental. Pero no se requiere sólo audacia para dictar un paro, sino claridad para saber que lo que se necesita defender no es sólo un bolsón de comida, el poder adquisitivo del salario o una mejora en la condición laboral: se trata de que al mismo tiempo esa defensa tome la forma de un proyecto para el conjunto del pueblo empobrecido, que está formulado en numerosas experiencias y consignas que ya hemos sabido levantar a lo largo de nuestra historia, y que necesita independencia de todo compromiso con los especuladores neoliberales de ayer y hoy.