Cuando todes perdemos… ¿y entonces?

En la lógica de este sistema que nos gobierna, no muerde mejor el que muerde último. En este mundo de mayoría de desdentados, muerde mejor el que tiene dentadura de metal y bien afilada. ¿Entonces? Sobrevivir, resistir, organizarse... ir por todo.

La marcha universitaria, con alegría, por más presupuesto para que estudien les trabajadores y sus hijes.
Cuando todes perdemos

El dólar rozó los 42 y cerró a 40. “¿¡Y?! Si yo no puedo comprar dólares”, se escucha en el barrio. No, pero las principales empresas de alimentos y una marca líder de aceite ya comunicaron a grandes cadenas de supermercados que no entregarán sus productos hasta que el panorama se aclare.

¿Qué significa esto? Que en unos días cuando vuelvan a aparecer en las góndolas, lo harán con precios remarcados, mucho más caros. Es el primer movimiento de algunos de los que tienen mucho. Le seguirá indefectiblemente el resto.

“El gobierno contuvo la corrida” contra el peso”, se escucha. Claro, por el momento, y porque vendió 500 millones de dólares para satisfacer la voracidad de los crueles y ávaros que tienen mucho y la angustia y nervios de los pocos que algo pueden hacer para cuidar sus ahorros.

Además, porque sobre el cierre de la jornada, el Banco Central aumentó las tasas de interés al 60%. “¿¡Y?! Si a mi nadie me da créditos”, dice la vecina de la cuadra. No, pero la pequeña empresa gráfica o la carpintería del barrio tienen deudas con los bancos por unas máquinas que compraron hace un año y ahora no pueden seguir pagando. Dicen que ya avisaron que va a haber suspensiones y ya ni changas habrá en la cuadra.

La calle no es un lugar para vivir. Frazadazo por la ley habitacional de vivienda digina.

El presidente Mauricio Macri anunció ayer que el Fondo Monetario Internacional adelantará unos cuantos miles de millones de dólares para capear el temporal de acá al año que viene. “Ya está, dice que tenemos todos los dólares que necesitamos, ves que son unos tremendistas, además la guita que falta está en las bóvedas de los K”, dice el almacenero del barrio.

Pero el billete verde no se queda en el país. Entra y sale. Se va con las importaciones de tomates de Brasil y de sillas baratas de China, con los cogotudos que se van a desayunar a Roma o los que cada tanto pueden viajar afuera, con las empresas que le dan los dólares a sus casas matrices en Europa o Estados Unidos y, por supuesto, con el pago de intereses de la deuda externa, eso de los bonos y el FMI, eso que ya conocemos del 2001, eso de la fuga de capitales.

Y entonces…

Sobrevivir. La salida individual, primaria. Cuidar el trabajo, sumar changas, controlar gastos, es lo que primero sale. Pero no alcanza, porque la inundación nos lleva puestos a todos, tarde o temprano, de una u otra forma. 

La CTEP porteña recibe a los azucareros del norte, trabajadores del Ingenio Tacabal de Salta, Ingenio Ledesma de Jujuy y Ingenio San Juan de Tucumán

Resistir. La resistencia individual es sobrevida. No dura. La resistencia eficaz es la colectiva y nos da más perspectivas para salir adelante. Esta resistencia la vemos en todo el país y de diferentes formas.

Marchan los y las que defienden la universidad pública, los y las que se oponen a los despidos en el Estado, les trabajadores que reclaman reapertura de paritarias, las pequeñas y medianas empresas que reclaman créditos, les trabajadores que toman las fábricas que fueron abandonadas por sus dueños, todes quienes rechazamos el tarifazo de los colectivos, los trenes, el subte, la luz, el gas, la nafta, entre otros medios esenciales.

Esta resistencia requiere participación y organización. Pero tampoco alcanza. Porque eso apenas nos devuelve algo de lo que perdimos.

Entonces nos organizamos con proyectos, con propuestas, no para reingresar al sistema que nos expulsa y margina, que nos desposee, sino para crear nuestro propio espacio en el mundo, para hacernos fuertes desde ahí y abrirnos paso hacia adelante.

Cuarta marcha nacional contra el gatillo fácil y la violencia institucional. Ni une pibe menos. Ni una bala mas.

Allí está nuestra CTEP, que crece día a día porque tiene proyectos para todos, porque marcha hacia adelante con el feminismo popular, porque propone una Ley de Góndolas, porque le da solidaridad a los trabajadores del azúcar de nuestro norte, porque organiza el trabajo cooperativo, porque marcha contra el gatillo fácil y la violencia institucional y propone un sistema comunitario de control de la calle, porque ofrece bolsa de trabajo para artistas y talleristas y porque marcha el próximo 25 de septiembre con la CGT y las CTA para rechazar el gobierno del FMI.

Porque se mueve y te pide que salgas a la calle, para sobrevivir, para resistir y para ir por todo y mucho más de lo que nos sacaron.